9788471019578
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Cuando empecé a dirigir la Unidad de Dolordel Sanatorio San Francisco de Asís me preocupaban muchísimo las complicacionesque había presenciado como residente en las distintas unidades del dolor, tantoen Madrid, en el Hospital La Paz, como en Roma, en los HospitalesUniversitarios Tor Vergatay La Sapienza. Así que, para ahorrar riesgos y complicaciones, tenía muy encuenta Ia balanza riesgo/beneficio. Comencé adisminuir las dosis del anestésico local y, desde 10 cm3 de bupivacaína por bloqueo, bajé,con el tiempo, hasta 2 cm3, e incluso hasta1 cm3 dependiendodel bloqueo, sin alteración del resultado analgésico. Fui añadiendo fármacosregeneradores, antiinflamatorios, antioxidantes,etc., consiguiendo unos resultados espectaculares y sin la menor complicaciónpara los pacientes, ni en la unidad, ni posteriormente.
Como podíapracticar varios bloqueos por acto clínico, para que el paciente lo tolerarafácilmente tuve como objetivo disminuir el dolor e incluso la molestia delbloqueo, para lo cual empecé a cambiar de agujas, usándolas cada vez más finasy menos agresivas. Utilizo, además, cloruro de etilo en spray, Cloretilo®, para congelar la zona que previamente se va apinchar. El resultado es que el paciente no se entera. En lasexplicaciones de los materiales y fármacos que utilizo soy de una gransencillez, como podría ser en una conversación con un colega que se pregunta:¿la aguja que usas cuál es, Ia verde normalintramuscular ?, ¿y de ese fármaco, cuántos cm3 pones? o¿cómo lo puedo localizar y de qué laboratorio es?.
Cuando conocí a la Dra. Melzac,de Toronto, considerada una puntera en el tratamiento del dolor, me quede muydecepcionada ya que su discurso terapéutico no iba tan encaminado a bloqueosnerviosos agresivos como hacia los problemas psicosomáticos del paciente. En Tacoma, Seattle, cuna de John Bonica, inventor del bloqueonervioso, me pasó lo mismo: los tratamientos se decantaban hacia elconocimiento de la psicosomática del enfermo. No entendía ese cambio. Nuncapensé que, al cabo de los años, mi práctica médica me iba a conducir por losmismos derroteros.
Cualquier médicoque sepa "pinchar", escuchar al paciente y esté deseoso de eliminarsu dolor está en condiciones de llevar a la práctica este manual de ayuda en eltratamiento del dolor crónico benigno.
Dra.María Isabel Heraso Aragón
Directora de laUnidad de Dolor
Sanatorio SanFrancisco de Asís
Madrid, España
Fundadora yPresidenta
FundaciónInternacional del Dolor
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